Buscando por sitios recónditos de la Internet nos encontramos con una teoría muy llamativa del francés François de Sarre en cooperación con el zoologista belga Bernard Heuvelmans quienes nos hablan de un “bipedismo inicial”, por el cual el mono no pudo evolucionar y convertirse en un homo sapiens, ya que el bipedismo o estado “enderezado” es anterior al estado erguido o “curvatura” propia del mono.
Todo esto lo podemos declarar si sostenemos que la vida proviene del mar: El tallo dorsal de ciertos gusanos marinos acéfalos –de donde se cree la aparición de los primeros vertebrados- se ha transformado en columna vertebral. Luego, este antecesor de todos los vertebrados ha evolucionado "a la manera de una medusa" creando primero una bolsa ectodérmica llena de gas. Esta bolsa esférica, al desarrollarse en la punta de la columna vertebral, como una burbuja, va a contener el cerebro y obligar al homúnculo marino, luego terrestre, a conservar la estatura vertical que le conducirá al bipedismo.
Luego de esto, nos habla –aunque nos parece algo un tanto más exagerado- que posiblemente el mono fue el que provino del ser humano por una “deshominización”. Quisimos adjuntar un fragmento del pensamiento de De Sarre, ya que lo encontramos muy conciso y claro en su expresión:
"…A partir de una estirpe de bípedos de cabeza redonda, que son nuestros antecesores directos, muchas ramas colaterales se desarrollan por deshominización. Muchos de aquellos primates tuvieron una existencia muy efímera y desaparecieron sin dejar huella.Otras formas, como los diversos australopitecos y pitecántropos conocidos se mantuvieron mucho tiempo y evolucionaron, deshominizándose cada vez más. Los grandes monos africanos divergieron del Hombre hace unos 5 millones de años y, después de una fase hiperantropoide, luego australopitecoide, penetraron en la selva especializándose en la práctica del arboricolismo.".
Descubrimientos que avalan estas teorías son los hallazgos de fósiles de millones de años atrás. Este es el caso del Orrorin tugenensis o “Millenium ancestor”, sus fósiles tienes seis millones de años de edad; y el hallazgo de Kenyanthropus platyops, “el hombre de la cara aplastada” que posee 3,5 millones de años de antigüedad, -además de los descubrimientos de Elwyn Simons de fósiles de primates de hace 40 y más millones de años de antigüedad. Esto va en contra de toda idea de temporalidad y aproximación al advenimiento de la especie homo sapiens en el mundo.
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