venerdì 25 gennaio 2008

Una providencia personal

Hay en la vida cierto estado superior. Cuando le hemos alcanzado, no obstante nuestra libertad y por más que neguemos al hermoso caos de la existencia toda razón providente y toda verdad, volveremos a hallarnos otra vez en grave peligro de servidumbre intelectual y tenemos que pasarpor las más difíciles pruebas. Entonces es cuando nuestro espíritu se ve asaltado violentamente por la idea de una providencia personal, idea que tiene la defensa del mejor abogado, de la evidencia aparente pues entonces podemos observar que todas las cosas que nos hieren se transforman es siempre en nuestro bien. La vida parece querer demostrar de nuevo cada día y a cada hora; trátese de lo que se trate, del buen tiempo o del malo, de la pérdida de un amigo, de una enfermedad, de una calumnia, de la falta de una cartaque se espera de la torcedura de un pie, de una mirada, de un argumento que nos contradice, del hecho de abrir un libro, de un ensueño, de un fraude, todo esto nos parece inmediatamente, o poco tiempo después de ocurrir, algo que no podía menos que suceder, algo lleno de sentido y de utilidad profundos para nosotros. ¿Hay seducción más peligrosa que la de perder la fe en los dioses de Epicuro, esos indiferentes desconocidos, para creer en una divinidad cualquiera , cuidadosa y mezquina, que conoce personalmente uno por uno los pelos que tenemos en la cabeza y no repugna prestar los más execrables servicios? Pues bien; dejemos en paz a los dioses y a los genios serviciales y contentémonos con admitir que en ese momento nuestra habilidad teórica y práctica para interpretar y acomodar los acontecimientos ha llegado al culmen. Pero no ensalcemos demasiado tal destreza y sabiduría, si alguna vez nos sorprende la armonía maravillosa que arrancamos a nuestro instrumento; es una armonía demasiado bella para que nos la podamos atribuir. En efecto, hay alguien que se entretiene con nosotros, el amable azar. En ocasiones nos lleva de la mano y la más sabia Providencia no podría imaginar música más bella.

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